Por Patricia Ponce
Jueves 29 de Julio de 2010Es filósofa y se dedica a los estudios de género. Declaró que envidia a Hefner, y de vez en cuando juega a ser él. Asegura que Playboy creó un lugar donde conviven espacios que parecían incompatibles.
¿En verdad son tan atractivas las orejas grandes, como lo planteas en tu libro?
Mira, pues sí (risas). En realidad lo que hice en ese capítulo del libro fue hacer una analogía entre el mundo de Disney, un reino mágico para los niños, y las mansiones Playboy, el paraíso de los adultos. John Hannigan y Jeremy Rifkin han explicado tanto el proceso de disneyficación como el de macdonalizacion. Es claro que un proceso semejante es lo que logró hacer Playboy, así que había que explicarlo. Son espacios en donde la ficción se vuelve realidad y tienen más en común de lo que pensamos. Además, es muy divertido que tanto Mickey como las conejitas tengas esas orejas tan grandes. Estoy segura de que las conejitas se escaparon de Disneyland.
¿Cómo es que con Playboy el hombre reconquista el espacio doméstico?
Por una parte Playboy, y en particular Hefner, es quien va a liberar esta reconquista de lo doméstico. Presenta este proceso como una modernización del espacio interior y se da esa alianza casi inesperada con la arquitectura moderna, tan criticada entonces en E.U., como la posible reinterpretación de lo doméstico. En la primera mansión, Playboy introduce un conjunto de tecnologías de la información, entonces muy innovadoras, que redefinen al hogar. La casa estaba atravesada por mucha tecnología que hace que lo privado se vuelva público, mientras se desnuda al hogar en paralelo con las primeras playmates que aparecen en sus páginas. Gracias a la tecnología, también el nuevo departamento de soltero está totalmente equipado para que el playboy no necesite de ayuda femenina. Recordemos la cocina sin cocina del ático del playboy.
¿Cómo fue que Playboy logró crear esta pornotopía e influir de la forma en que lo expones en tu libro?
Procesos como éste pueden analizarse desde Disney, la NASA u otras instancias. Lo que me interesó de Playboy es que hasta ahora se ha pensado en la revista como algo lúdico y poco interesante. Muy seguido se ve como una revista erótica carente de contenido cultural o filosófico. Yo quería demostrar que ahí en donde no se reconocía, se estaban dando algunas de las bases de lo que sería la mutación del capitalismo contemporáneo.
En este contexto, ¿qué llevó al éxito a Playboy?
El modelo de Playboy en realidad no deja de ser una utopía que se materializó en un espacio geográfico controlado. Creó un espectador y lector capaz de resistir el tedio de la vida heterosexual familiar suburbana, gracias a la fantasía sexual que consumía. Playboy en la década de los 50 define la masculinidad no como una verdad natural, sino como un conjunto de prácticas: se aprende a ser hombre, un hombre Playboy. También la mujer aprende lo femenino y entiende la liberación sexual como parte de la pornotopía. Este modelo subsistió: podemos verlo con Paris Hilton, quien en absoluto tiene necesidad de recurrir a la pornografía para vivir y sin embargo su modelo de auto producción mediática es un modelo playmate. Ahí podemos ver un éxito total. Un modelo de feminidad que ha funcionado a tal punto que las clases altas van a recurrir a este modelo para definir su feminidad.
¿Playboy es una bandera de liberación sexual?
No es un movimiento de liberación sexual, es una alternativa a los movimientos más críticos como eran el feminismo y la homosexualidad. Propone otra forma de heterosexualidad que no es la heterosexualidad tradicional familiar. En ese sentido, yo lo veo más como un contra-modelo que como un movimiento liberador. No veo una liberación, ya que a la liberación Playboy sólo se accede por la fantasía.
Mira, pues sí (risas). En realidad lo que hice en ese capítulo del libro fue hacer una analogía entre el mundo de Disney, un reino mágico para los niños, y las mansiones Playboy, el paraíso de los adultos. John Hannigan y Jeremy Rifkin han explicado tanto el proceso de disneyficación como el de macdonalizacion. Es claro que un proceso semejante es lo que logró hacer Playboy, así que había que explicarlo. Son espacios en donde la ficción se vuelve realidad y tienen más en común de lo que pensamos. Además, es muy divertido que tanto Mickey como las conejitas tengas esas orejas tan grandes. Estoy segura de que las conejitas se escaparon de Disneyland.
¿Cómo es que con Playboy el hombre reconquista el espacio doméstico?
Por una parte Playboy, y en particular Hefner, es quien va a liberar esta reconquista de lo doméstico. Presenta este proceso como una modernización del espacio interior y se da esa alianza casi inesperada con la arquitectura moderna, tan criticada entonces en E.U., como la posible reinterpretación de lo doméstico. En la primera mansión, Playboy introduce un conjunto de tecnologías de la información, entonces muy innovadoras, que redefinen al hogar. La casa estaba atravesada por mucha tecnología que hace que lo privado se vuelva público, mientras se desnuda al hogar en paralelo con las primeras playmates que aparecen en sus páginas. Gracias a la tecnología, también el nuevo departamento de soltero está totalmente equipado para que el playboy no necesite de ayuda femenina. Recordemos la cocina sin cocina del ático del playboy.
¿Cómo fue que Playboy logró crear esta pornotopía e influir de la forma en que lo expones en tu libro?
Procesos como éste pueden analizarse desde Disney, la NASA u otras instancias. Lo que me interesó de Playboy es que hasta ahora se ha pensado en la revista como algo lúdico y poco interesante. Muy seguido se ve como una revista erótica carente de contenido cultural o filosófico. Yo quería demostrar que ahí en donde no se reconocía, se estaban dando algunas de las bases de lo que sería la mutación del capitalismo contemporáneo.
En este contexto, ¿qué llevó al éxito a Playboy?
El modelo de Playboy en realidad no deja de ser una utopía que se materializó en un espacio geográfico controlado. Creó un espectador y lector capaz de resistir el tedio de la vida heterosexual familiar suburbana, gracias a la fantasía sexual que consumía. Playboy en la década de los 50 define la masculinidad no como una verdad natural, sino como un conjunto de prácticas: se aprende a ser hombre, un hombre Playboy. También la mujer aprende lo femenino y entiende la liberación sexual como parte de la pornotopía. Este modelo subsistió: podemos verlo con Paris Hilton, quien en absoluto tiene necesidad de recurrir a la pornografía para vivir y sin embargo su modelo de auto producción mediática es un modelo playmate. Ahí podemos ver un éxito total. Un modelo de feminidad que ha funcionado a tal punto que las clases altas van a recurrir a este modelo para definir su feminidad.
¿Playboy es una bandera de liberación sexual?
No es un movimiento de liberación sexual, es una alternativa a los movimientos más críticos como eran el feminismo y la homosexualidad. Propone otra forma de heterosexualidad que no es la heterosexualidad tradicional familiar. En ese sentido, yo lo veo más como un contra-modelo que como un movimiento liberador. No veo una liberación, ya que a la liberación Playboy sólo se accede por la fantasía.
[ Pornotopía ]
Beatríz Preciado
Anagrama | 220 pp.
Playboy es la respuesta contestataria a los cánones rígidos de sexualidad que se difundían en la década de los 50.
Beatríz Preciado
Anagrama | 220 pp.
Playboy es la respuesta contestataria a los cánones rígidos de sexualidad que se difundían en la década de los 50.
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